Viajar hasta Japón nos produce nerviosismo. A pesar de ser un país desconocido, lejano y con un idioma de lo más diferente al nuestro, todos hemos soñado alguna vez con visitar el País del Sol Naciente. Y es que la combinación entre la naturaleza y la historia, la armonía entre el hombre y el entorno es magnífica. Y lo podemos apreciar en su arquitectura, en sus paisajes naturales, y en sus ciudades. Además, es una de las ciudades más seguras del mundo, por lo que podemos estar seguros de que las probabilidades de que nos roben sean menores que en cualquier otro lugar.
El Festival de Chichibu
Lo habremos visto alguna vez en documentales o en otro tipo de reportajes, o imágenes: los Festivales de Japónson de lo más curiosos, llegando hasta el punto de ser, incluso, bizarros. Pero a pesar de ello, nos atraen, y queremos verlos en primera persona. Hay celebraciones de todo tipo, desde religioso, en honor a alguna deidad de la naturaleza, celebraciones históricas, y hasta en honor a partes del cuerpo. Puede llegar a producir asombro y estupor, pero también gracia, aunque sea algo serio. Entonces, ¿a qué esperas para viajar a Japón? Prepara las maletas y ponte en marcha.
Si hay algo que debemos visitar en Japón si estamos en el último mes del año, es la localidad de Chichibu. Es un sitio de lo más asombroso y bello a la par, y más en esta época, que puede llegar a estar nevado. Situado en la prefectura de Saitama, esta localidad celebra durante el mes de diciembre el llamado Chichibu Yomatsuri, un festival que se organiza en honor a los kamis protectores de este lugar. Para el que no sepa lo que son los “kamis”, se trata de unas deidades, que normalmente están asociadas a la naturaleza. Forma parte de las religiones de Japón, y están tan ligadas a la cultura, que apenas se diferencia.
La noche del Festival de Chichibu es, por tanto, asombrosa. Se hacen desfiles con las carrozas decoradas. Es una celebración que se lleva organizando desde hace más de trescientos años, y es considerado como uno de lo más importantes de Japón. Es por eso que se decoran las carrozas con gran entusiasmo, y podemos encontrar a personas vestidas con los trajes tradicionales del lugar, ya sean jóvenes o mayores, niños o adultos. La alegría es de lo más general, y podemos disfrutar de diversas actividades.
Las calles se llenan de luces y de colorido, de sonidos alegres, de marchas y de ritmo de celebración. Todo para honrar y hacer feliz al kami de turno. Es un festival de lo más organizado, en el que puedes ver puestos de comida en la calle, y probar las verdaderas delicias locales. Y para poner el colofón a una fiesta tan grandiosa como esta, el punto y final son los fuegos artificiales, tan grandiosos y ruidosos como bellos. Una gran amalgama de colores y brillos en un cielo de lo más oscuro, formando un paisaje de lo más hermoso. ¿A qué esperas?
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